Los programas de cocina : la receta de la gloria
Anna JOLIVET y Nelly EA
El programa Top Chef de M6 es el más rentable de la historia del canal, con un beneficio de 800 000€ cada semana. Para TF1 también el resultado es espectacular, generando Masterchef 1,5 millones de euros de beneficios.
Ahora, los líderes Top Chef y Masterchef reúnen entre 4 y 6 millones de telespectadores en cada programa. Este éxito atrae a los publicitarios que pagan fortunas para mostrarse a su favorito tipo de público : las amas de casa que son madres de familia, que representan un tercio de la audiencia. Por eso, el 75% de los anuncios durante los programas se refieren a productos agroalimentarios y detergentes, y contribuyen a pagar el coste de producción que se sitúa entre 600 000 y 1 millón de euros.
La otra fuente principal de dinero de esos programas son los productos derivados y las cooperaciones con empresas que venden productos con marca Top Chef, como Auchan o Mir. Esas cooperaciones son fructíferas para los dos lados, o sea que M6 recibe dinero de Mir por ejemplo y esta inversión se convierte en publicidad para Mir, cuya cuota de mercado aumentó del 1,3% en dos años.
Top Chef, Masterchef, Fourchettes et sac à dos, Très très bon, Le Meilleur Pâtissier… La televisión francesa rebosa de programas que tienen un punto en común : la cocina. En efecto, la gastronomía ofrece un largo abanico de oportunidades para hacer la boca agua a los telespectadores. Diferentes tipos existen para satisfacer a la audiencia más grande posible : concursos entre cocineros profesionales o entre aficionados, entrenamiento de restauradores que necesitan ayuda, escapadas golosas e incluso series humorísticas gastronómicas.
Sin embargo, una receta típica se basa en una mezcla de telerrealidad, de competencia y de cocina más o menos tradicional. Además, casi todos los productores explotan el filón rentable de sus programas de cocina emblemáticos, creando programas derivados con bonus exclusivos, recetas suplementarias, zoom sobre los candidatos más populares, etc. El famoso programa francés Un dîner presque parfait (Una cena casi perfecta) ilustra perfectamente este fenómeno con versiones temáticas, a veces con estrellas famosas - en 2011, el Ministro de Cultura Frédéric Mitterand creó un zumbido participando en este programa.
Ahora, las audiencias de los programas de cocina siguen siendo fuente de orgullo para los canales, pero están en baja. Se puede explicar por el hecho de que esos programas no tienen mucho contenido, como lo dice el crítico Jean-Pierre Coffe : [los concursos de cocina televisivos] "no están en la pedagogía ni en la cultura. Estos programas muestran, pero no cuentan la historia de los productos, sus orígenes o la dietética."
¡ La glotonería rinde bien !
Fuentes :
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